¡Oh, Je[Sol]sús, de dul[Lam]císi[Re7]ma me[Sol]moria!,
que nos das la ale[Do]gría verda[Re7]dera,
más que [Mim]miel y que [Sim]toda otra [Do]cosa
nos in[Osl]funde dul[Lam]zura [Re7]tu pre[Sol]sencia.
No habrá canto más suave al oído,
ni que grato resulte al escucharlo,
ni tan dulce para ser recordado,
como Tú, ¡oh, Jesús!, el Hijo amado.
[Si7]En Je[Mim]sús se con[La7]fía el que [Re7]sufre,
[Si7]qué pia[Mim]doso te [La7]muestras al que [Re7]ruega,
qué bon[Mim]dad en Ti en[Sim]cuentra el que te [Do]bus[Dom]ca,
qué di[Sol]choso se[Do]rá el [Re7]que te en[Sol]cuentra.
No habrá lengua que pueda expresarlo,
ni palabra que pueda traducirlo,
pues tan sólo el que lo ha experimentado,
es capaz de saber lo que es amarlo.
Utilizamos cookies propias para mejorar nuestros servicios y mostrar información relacionada con tus preferencias
mediante el análisis de tus hábitos de navegación.
Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar" o configurarlas o rechazar su uso pulsando el botón "Rechazar".
Para más información, consulta nuestra Política de Privacidad.